miércoles, 24 de noviembre de 2010

....Y DESPUÉS DEL NACIMIENTO


…Y después del Nacimiento, en tanto que afuera se ha hecho un vacio total,
De pronto, desde dentro, en alguna parte del vientre,
algo aferra, algo retuerce, algo muerde…
“¡Mamá! ¡Mamá!” ¡ Ah, que terror!

¿ En el Vientre?
¡No, está allá, en la Sombra!
Si, en lo oscuro, hay una fiera.
Si, si, un Tigre, un León…
“¡ Lo escucho! ¡ Lo siento!
¡Mamá! ¡Mamá!”…

¿Un Lobo quizás?.....

¡No, no! Está aquí, en el Vientre
Y se llama el Hambre….

Y… ¡nada viene!
Hay que esperar, y soportar.
Y dejarse devorar…por la inquietud.
Hasta que finalmente, del desierto que es –ahora – el mundo
Allá afuera, viene algo, que calma al fin, al monstruo,
que se ha despertado dentro

Afuera, adentro….Ya está: el Mundo partido en dos.
Adentro el hambre, Afuera, el pecho, la leche
¡ El Espacio ha nacido!

Adentro, el hambre, Afuera , el pecho, la leche,
y entre los dos, La Ausencia, la Espera
Que es indecible sufrimiento,
Y que se llama el Tiempo

Y es así, que, simplemente,
Con el apetito
Han nacido
EL Espacio y El tiempo
Frédérick Leboyer


Hay que alimentar a los bebés, no solo con leche , alimentar su piel, como su vientre, ahora existe lo desconocido, hay que devolverles las sensaciones del pasado, que son las únicas por el momento que son capaces de aportar un sentimiento de de paz, de seguridad.
Lo que se hace en el nacimiento, hay que repetirlo cada día, durantes semanas, durante meses. Por que por largo tiempo todavía el bebé, cada vez que se despierte, experimentará, el choque de volver a encontrar el mundo al revés.
Alimentar el afuera, como el adentro, para ayudar al bebé, a atravesar el desierto de los primeros meses de vida, para que no experimente más la angustia de sentirse aislado, perdidos.
Es necesario hablar a su espalda, a su piel, que tiene sed y hambre igual que el vientre.
“los Bebés tiene necesidad de leche, si….y de recibir caricias, pero más todavía de ser Amados…..