Es parte esencial de su evolución y a través del juego social el niño aprende a interactuar con los demás, desarrollar su imaginación y a dejar de lado su egoísmo.
Pero lo cierto, es que el mundo en el que viven nuestros hijos, el tiempo de ocio es cada vez mas escaso para ellos, está cada vez mas organizado y tutelado por adultos y el juego tiende a ser mas en solitario, que en compañía.
Por último, no encontramos espacios seguros donde puedan jugar libremente y por lo tanto, no damos oportunidad a los niños de que jueguen solos entre ellos, sin adultos que les tutelen o vigilen lo que hacen.
Los padres tenemos miedo a los peligros que acechan en la calle, por eso, los niños viven constantemente sometidos al control de una persona mayor.
El adulto no puede robar protagonismo a los niños, ni dirigir su juego, en todo momento.
Los adultos en general, solemos ser flexibles en el cumplimiento de las normas y códigos del juego, por no disgustar al pequeño..."Me gusta jugar mas con mamá, que a ella no le importa que la deje sin muñecos y que lo tenga casi todo yo."
Los adultos en general, solemos ser flexibles en el cumplimiento de las normas y códigos del juego, por no disgustar al pequeño..."Me gusta jugar mas con mamá, que a ella no le importa que la deje sin muñecos y que lo tenga casi todo yo."
A los adultos no nos importa, perder en el juego, que nos dejen menos juguetes, que comiencen ellos siempre primero, que cambien sin mas las reglas....pero ¿esto se lo encuentran en la vida real, con sus pares? claro que no.
Los niños se muestran implacables con el cumplimiento de los códigos compartidos dentro del juego. Y entonces es cuando los niños deben aprender a escuchar a los otros, aprender a esperar su turno, a compartir a resolver sus conflictos.
Los niños se muestran implacables con el cumplimiento de los códigos compartidos dentro del juego. Y entonces es cuando los niños deben aprender a escuchar a los otros, aprender a esperar su turno, a compartir a resolver sus conflictos.
¿Que podemos hacer los padres?
Cada uno de nosotros debemos analizar nuestras posibilidades reales para que nuestros hijos puedan jugar e interrelacionarse con otros niños, de manera favorable.
Quizás debemos procurar mas los espacios de ocio al aire libre, si no estás muy convencido de las calle: en parques, urbanizaciones cerradas, clubes deportivos, sitios donde tengan la posibilidad de jugar sin la supervisión directa de los adultos.
De vez en cuando invitar a los amigos a casa y procurar que jueguen libremente ó con una mínima intervención de nuestra parte.
Podemos jugar con ellos, procurando que respeten las normas como todos, si le trasmitimos y enseñamos nuestros juegos, es mas fácil que ellos lo reproduzcan con otros niños.
Si no ponemos los medios, es muy fácil que nuestros niños terminen consumiendo muchas horas de televisión, abusen de los videojuegos y tiendan mas al aislamiento, al ocio individual y al egoísmo.