jueves, 13 de noviembre de 2014

EL GRAN PELIGRO DE LA SOBREPROTECCIÓN


Los padres sobreprotectores son aquellos que se sienten totalmente responsables de lo que le pueda ocurrir a su hijo/a. Cuando el niño está probando sus primeros pasos, va continuamente agarrándole, avisándole de todos los peligros de forma incluso alarmista, y constante, retrasando muchas veces que el niño siga probando y reforzando el aprendizaje cómo se dan esos primeros pasitos. En definitiva, quieren evitar que el niño lo pase mal. Cuando el niño empieza a ir a la escuela, están continuamente avisándoles de todos los posibles peligros existentes y de más, les acompañan a todo lo que pueden, son ellos los que resuelven los problemas de sus hijos (ej. si el niño ha tenido un problema con otro compañero, es la madre/padre quien le resuelve el problema, sin dejar que el niño se enfrente a las consecuencias de sus actos, o sin facilitarle que desde pequeño empiece a resolver sus propios problemas). Y cuando los hijos llegan a la adolescencia, continúan intentando controlar todos sus comportamientos, pueden impedirles que vayan a excursiones; pueden prohibirles que salgan a un sitio donde van todos sus amigos, y que está probado que es bastante seguro; y, lo que es peor, pueden inculcarles a sus hijos esa excesiva prudencia que, muchas veces, les lleva a tener muchos prejuicios y les lleva también a no disfrutar muchas cosas de la vida por haber desarrollado también ese miedo.

Quieren evitar que su hijo/a sufra, que lo pase mal, que tenga que pasar por muchas de las cosas que él/ella pasó en la infancia/adolescencia. Además, en muchos casos, este padre/madre, se sentiría muy culpable de que le pueda pasar algo malo a su hijo/a.

Las consecuencias sobre la personalidad y los patrones de conducta de sus hijos se van a hacer evidentes desde muy pronto, y en muchos casos, se achaca ese malestar al hijo/a, a su personalidad, a sus amigos, al colegio/instituto,… Muchos de los padres que han sobreprotegido en exceso a los hijos son incapaces de reconocerse a sí mismos que su estilo de educación ha podido influir para que sus hijos se sientan mal en la adolescencia o en la vida adulta.

Algunas posibles consecuencias de la sobreprotección son las siguientes:

- BAJO CONCEPTO DE SÍ MISMO/A. Durante años este niño/a no ha podido poner a prueba su competencia personal, sus habilidades.

- RETRASOS O DIFICULTADES EN EL APRENDIZAJE Y PUESTA EN PRÁCTICA DE HABILIDADES SOCIALES. . A veces son niños muy tímidos, que les cuesta iniciar conversaciones, que les cuesta integrarse en grupos, que en seguida que algo no sale como les gustaría se sienten mal y prefieren retirarse. Tienen la sensación de no tener apenas buenos amigos, se pueden llevar muchas decepciones con los amigos, y no saben exactamente por qué. Muchas veces piensan que hay algo malo en ellos. Y eso les lleva a pensar más en negativo de sí mismos, es decir, a disminuir aún más su dañada autoestima.

- DIFICULTAD PARA TOMAR DECISIONES POR SÍ MISMO/A. Estos chicos/as se convierten en personas muy dubitativas a la hora de tomar decisiones. . Se sienten inseguros sobre si van a tomar o no la decisión correcta. Y la consecuencia es la demora en tomar decisiones, con toda la angustia y el malestar que implica la indecisión. Esto les lleva a disfrutar menos del día a día, porque simples decisiones les pueden llevar horas o días. Y esto contribuye de nuevo a que su autoestima siga disminuyendo, al no verse capaces de tomar decisiones que, según observan, para otros pueden resultar fáciles.

- BÚSQUEDA DE SEGURIDAD EN OTROS. Como han aprendido a que otros les resuelvan los problemas, y muestran muchas dificultades para tomar decisiones y pasar a la acción, tienden a apoyarse en los demás, para que tomen decisiones por ellos.

- “TIRAN PRONTO LA TOALLA”, TIENEN UNA TENDENCIA AL PENSAMIENTO NEGATIVO. Son personas que suelen darse pronto por vencidas. Ante una dificultad que no saben como enfrentar, prefieren no enfrentarse, su pensamiento es negativo respecto a las propias capacidades de solucionar esos problemas.

- RELACIONES DIFÍCILES CON LOS PADRES. Según van creciendo, pueden haber desarrollado mucha rabia contra los padres, porque van viendo sus dificultades a la hora de enfrentarse a problemas, y pueden echarles la culpa a ellos.. Esta culpabilización a su vez lo que está haciendo es que al culpar a otros de los propios problemas, no le está permitiendo a la persona fijarse en lo que puede hacer para sí misma, para mejorar.

- DEPRESIÓN. En muchos casos, estas personas acaban desarrollando una depresión a consecuencia de su baja autoestima y autoconcepto, y de sus dificultades para resolver problemas en su vida diaria.
En muchos casos, las personas que han tenido en su infancia/adolescencia esta sobreprotección paterna/materna son personas que sufren mucho porque se sienten inseguros y desprotegidos en su vida. Y en la vida adulta no saben cómo encauzar su vida.

Centro de Psicología Almabel
(Madrid)

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