sábado, 6 de octubre de 2012

DIVORCIOS CONTROVERTIDOS



....Y los niños sufren, no porque el “divorcio” en sí mismo los perjudique. Los niños no se manejan por parámetros morales o religiosos. No siquiera les importan los prejuicios o el “qué dirán”. Tampoco les resul
ta esencial que los padres sean un matrimonio perfecto. Lo que los lastima es el enojo que destilamos los adultos entre nosotros al punto de enceguecernos y olvidarnos de ellos. Están expuestos a las estrategias concentradas para descargar el rencor en el otro progenitor del niño, a quien, por supuesto, el niño ama. Así que queda atrapado entre los sentimientos egoístas y malintencionados de sus padres. Desde el punto de vista del niño, no hay peor prisión emocional.
De hecho, “hijos” y “dinero” son las dos variables presentes en los juicios de divorcio y se negocia mejor o peor de acuerdo a lo obtenido por la contra parte.
Los niños no suelen tener voz ni voto. Y si se los escucha, generalmente hablan “por boca del vencedor de la batalla”. Por lo tanto, responden a las expectativas y necesidades de alguno de los padres. En esos casos son los hijos que miran y satisfacen a los padres, y no al revés. No sirve que un niño manifieste que desea permanecer con alguno de los padres. Simplemente nunca deberíamos haber puesto a un niño en tal situación.


La Familia Ilustrada” de Laura Gutman

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